Los estafadores usan mensajes de texto para instalar software malicioso y robar información bancaria. Verificar el origen del mensaje y no acceder a enlaces sospechosos es clave para evitar posibles pérdidas económicas.
San José, 1 de setiembre del 2025. Los intentos de estafa persisten. Esta vez, los delincuentes utilizan mensajes de texto para suplantar a entidades bancarias o comercios, con el pretexto de canjear puntos acumulados o liberar paquetes retenidos. Al hacer clic en los enlaces incluidos, las víctimas son dirigidas a sitios falsos donde se les solicita información confidencial.
Con esos datos, los estafadores logran incluso vincular cuentas o tarjetas bancarias a billeteras digitales en sus propios teléfonos, desde donde realizan compras fraudulentas en comercios, así como compras por internet con la información sustraída.
¿Qué es el smishing?
Este tipo de fraude se conoce como smishing, una técnica de suplantación de identidad que combina el uso de SMS con tácticas de ingeniería social para inducir al error. A diferencia del phishing tradicional, que opera por correo electrónico, el smishing explota la inmediatez del celular y la confianza que generan los mensajes cortos.
Según los expertos, su efectividad radica en la urgencia emocional que provoca. Los mensajes suelen generar una falsa sensación de presión para que la persona actúe sin pensar: “Su cuenta será suspendida”, “Tiene puntos por vencer”, “Su paquete está retenido”. Todo con el fin de que haga clic en un enlace malicioso.
¿Cómo protegerse del smishing?
Estas son tres recomendaciones clave para evitar ser víctima de este tipo de fraude:
- Desconfíe de la urgencia. Si un mensaje le presiona para actuar de inmediato, deténgase. Verifique directamente con la entidad a través de canales oficiales.
- No comparta datos personales o bancarios. No proporcione información por mensaje de texto o llamada telefónica. Siempre que sea posible, active la autenticación multifactor en sus cuentas.
- Evite registrar información bancaria en su teléfono. No guarde números de tarjeta o datos sensibles en aplicaciones o notas del celular para reducir el riesgo en caso de robo de información.
“Los ataques de smishing son cada vez más sofisticados y apelan a la confianza que las personas depositan en marcas reconocidas, como bancos, instituciones públicas o empresas de servicios. Estos mensajes maliciosos, que llegan por SMS o aplicaciones de mensajería, suelen imitar el lenguaje y la estética de comunicaciones legítimas para engañar al usuario y obtener información confidencial. Por eso, la mejor defensa es la prevención informada: conocer cómo operan estos fraudes, desconfiar de mensajes inesperados que soliciten datos personales y verificar siempre la autenticidad de las comunicaciones antes de actuar”, advierte Valeria González, experta en seguridad de la información del Banco Nacional (BN).
Si recibe un mensaje sospechoso, repórtelo de inmediato al 2212-2000. Su denuncia puede evitar que otras personas sean víctimas.