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Inicio Blog Historia de terror: Vender por Facebook terminó en estafa

Las ventas de artículos de segunda pasaron de ser en el garage de la casa y ahora son a través de redes sociales. Vender por Facebook es cada vez más común y hasta beneficia al bolsillo tanto de los compradores como de quien vende, pero los ciberdelincuentes se han aprovechado de ello.

Esta es la historia de terror de Armando, un vecino de Heredia de 38 años que decidió vender por Facebook algunos artículos para que fueran aprovechados por otra persona pues ya no se les daba uso en taller mecánico ni en su casa.

A inicios de 2022, Armando empezó con la limpieza profunda en su casa y en el taller. Revisó cajón por cajón, esquina por esquina y así sacó varias cosas para ofrecer a través de la plataforma de ventas en la red social.

Entre los productos estaban una licuadora, una olla arrocera, un televisor pantalla plana, dos cajas de herramientas, una mini refrigeradora, una bicicleta y un radio. Todo en óptimas condiciones.

“Vendo licuadora y olla arrocera en excelente estado, como nuevas. Precio negociable y pago por SINPE Móvil”, publicó en la red social.

Todo iba muy bien hasta ahí. Una señora le compró ambos electrodomésticos al mismo precio que él estableció y estaba muy satisfecha con sus nuevas adquisiciones a un precio mucho menor del que se encuentra en las tiendas.

Con esa venta, Armando ya se había ganado ₡50.000 y decidió destinarlos a sus ahorros para arreglar el baño de su casa a final de año.

Al ver el éxito de su primera venta, subió a Marketplace los otros artículos que tenía disponibles. En total, sumaban ₡330.000.

Armando recibió varias ofertas, pero le llamó la atención un joven que le quería comprar todos los artículos para recogerlos inmediatamente.

“¡Trato hecho!”, le dijo. Pocos minutos después, recibió la imagen del comprobante del SINPE Móvil con todos sus datos.

En ese momento, Armando estaba trabajando. Revisó el comprobante que le pasaron por Facebook y quedaron de verse una hora más tarde.

Muy puntual, llegó un vehículo con dos personas que se llevaron lo que Armando estaba vendiendo y oficialmente se cerró la venta.

En la noche, Armando llegó a su casa y le contó a su esposa Tatiana lo sucedido.

“Ya vendí lo que me quedaba. Ya tenemos los primeros ₡380.000 para el arreglo del baño. Me mandaron el comprobante del SINPE y lo recogieron todo en el taller”, le comentó a Tatiana.

“¿Y revisaste si recibiste la plata en tu cuenta?”, le preguntó.

De inmediato, Armando recordó que nunca verificó si realmente le habían realizado la transferencia. Cruzando dedos revisó su cuenta bancaria y, lastimosamente, el resultado no fue el esperado.

Así de fácil, perdió la oportunidad de ganarse ₡380.000 para la remodelación del baño de su casa. El comprador le envió un comprobante falso que editó con los datos de Armando.

Lamentablemente, Armando no tenía el contacto de la persona, ni la placa del vehículo. Lo contactó bajo una identidad y un perfil falso. Eso complicó la formalización de una denuncia.

Los comprobantes falsos son una modalidad de fraude muy común y que se ha incrementado. Los estafadores envían capturas de pantalla para evidenciar una transacción que nunca realizaron.

La recomendación principal es desconfiar de toda persona que le contacte. Revise y verifique el depósito del dinero en su cuenta bancaria y, si es necesario, llame al banco para consultar sobre ese ingreso.

Si va a vender por redes sociales, aproveche la oportunidad y facilidad que representan, pero siempre esté un paso adelante de los ciberdelincuentes.

Recuerde revisar comprobantes, movimientos y pida referencias a sus conocidos. ¡Póngase vivo!