Iniciar un emprendimiento representa mucho más que ofrecer un producto o servicio. Existen desafíos y oportunidades que se deben tomar como caminos de experiencia para hacer crecer las pymes y garantizar su rentabilidad.
Te contamos las mejores prácticas para mantenerte en los niveles de emprendimiento de tu pymes.
Etapas de las pymes
Etapa emprendedora
En la etapa emprendedora, independientemente del negocio que desarrollés, subsistir siempre será uno de tus objetivos. Debés garantizar la continuidad del negocio y su rentabilidad.
Por eso, es necesario que tomés decisiones importantes para lograrlo.
Recursos mínimos, grandes sueños
En esa etapa, es común que iniciés con recursos mínimos. La limitación de tiempo, de recursos tecnológicos y humanos es parte del proceso. Incluso, hay quienes mantienen su trabajo habitual y, de forma paralela, deciden emprender.
¡Hagamos un ejercicio! Cerrá tus ojos y recordá cómo fueron los primeros meses como persona emprendedora. Ahora, pensá en qué viste.
Posiblemente, a una persona muy trabajadora, con un celular, con dinero limitado para invertir y una cartera de clientes reducida.
Quizás es similar a la actualidad, pero ahora tenés mayor experiencia para poder aprovechar todos esos recursos y cumplir esos grandes sueños.
Ahí es cuando entran en juego esas decisiones importantes para la rentabilidad del emprendimiento. Durante esa época de inicio, aún con recursos limitados, posiblemente observaste necesidades que te llevaron a modificar tu modelo de negocio, ampliar tus productos o servicios, especializarte y mejorar en diferentes aspectos.
Gracias a ello, lograste superar esa etapa inicial, que pasó de ser un desafío a una oportunidad.

Etapa de expansión
Al tomar ciertas decisiones y superar la etapa inicial, tu emprendimiento creció. Tenés más clientes, redes sociales que mantener y otros servicios que brindar.
Ahora que vendés más, es posible que requirás ayuda en la mensajería y paquetería. También deberás reforzar tu servicio al cliente, ya sea con tiempo o con recurso humano, o cambiar de local, por ejemplo.
Ahí es cuando empieza la transición a la etapa de expansión o de crecimiento, lo que también aporta a la rentabilidad, pero representa un desafío.
Etapa de estructuración
Al contar con personal dentro de la organización, se debe iniciar una estructuración por los nuevos desafíos que se presentan.
Etapa de complejidad
La complejidad forma parte de tu pyme, debido al crecimiento que presenta. Aumentan los costos y se deben tomar acciones para mantener la empresa según la rentabilidad que se busca.
No te dejés abrumar por estas dificultades, transformalas en oportunidades. Llegar hasta esta etapa significa que superaste las demás, mientras otras empresas no lo lograron.
La motivación es el combustible que las empresas necesitan para continuar. Por eso, tomá cada desafío como una oportunidad de mejora para adaptarte a los cambios y necesidades de tus clientes y así mantener el negocio a flote.
¡Recordá seguir estos consejos para que tu pyme crezca de la mejor manera, al mismo tiempo el BN pone a tu disposición el nuevo programa “Mi Negocio”, para acompañarte y ser tu aliado en cada una de estas etapas.
¡No olvides dar clic a este enlace y empezar a vivir tu sueño!