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¿Qué tiene que ver el ahorro con las emociones?

Escrito por BNCR | 9/12/25 6:27 PM

El dinero puede hacernos sentir enojados, felices y emocionados, a veces todo al mismo tiempo. Las emociones son herramientas muy poderosas y pueden transformarse en aliadas o enemigas de nuestras acciones y jugar un papel muy importante al momento de ahorrar.

Es muy común que en nuestra niñez, adolescencia y hasta en la vida adulta se escuchen comentarios como “es tan fácil ahorrar” o “nunca tienen dinero porque no saben ahorrar”, pero no necesariamente es así. Ahorrar tiene muchas variables y hay momentos en los que el estrés y la ansiedad te juegan una mala pasada y se convierten en el enemigo número uno del ahorro.

Es importante que desde niños aprendamos a mezclar las emociones de una manera positiva en nuestra vida financiera. Esto hará mucho más ágil y fácil empezar a ahorrar para esas metas que soñamos desde pequeños.

Te invitamos a conocer algunas de las emociones que pueden influir de manera positiva o negativa en nuestros ahorros.

1. Felicidad

Alcanzar una meta en la universidad, viajar, practicar un deporte, entre otros logros, generará una emoción de felicidad en tu vida y, con ello, puede llevarte a gastar de forma impulsiva, por el hecho de querer disfrutar ese momento. No está mal que lo hagás; sin embargo, debés ser consciente y medir qué podés comprar y qué no.

Por otro lado, la felicidad puede ser la motivación perfecta para lograr metas en tu vida y es ahí cuando te enganchás del ahorro para alcanzar tus objetivos. Acá es donde entra el BN Ahorro Programado, hecho a la medida para que convirtás esa felicidad en un ahorro para tus siguientes metas. Podés programar deducciones automáticas semanales, quincenales o mensuales, con el monto que determinés. ¡No lo pensés más! Podés abrir cuantos querás, desde nuestra Banca en línea:

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2. Enojo

Para nadie es un secreto que cuando te sentís enojado o con ira podés llegar a cometer muchas acciones de las cuales luego te arrepentís. Una ellas es gastar innecesariamente para subsanar ese sentimiento que te está gobernando en el momento, al punto de gastarte tus ahorros o el dinero de tu quincena.

Hacé un alto y recordá el dicho: “no tomés decisiones cuando estás enojado”. En este caso, aplica para la salud financiera, pues es mejor que cuando te invada esa emoción, te detengás y pensés bien lo que deseás hacer. Así no perderás tu norte y, mucho menos, el motivo del ahorro que ya iniciaste o deseás iniciar.

3. Ansiedad

Esta es una de las emociones más fuertes y comunes entre las personas últimamente. Cuando aparece puede generar incertidumbre, miedo y pensamientos incómodos en cuanto a tu presente y futuro, sobre si serás capaz de lograr lo que tanto te has propuesto en tu vida o, a la vez, puede llevarte a plantear escenarios negativos, lo cual puede desencadenar decisiones financieras poco racionales, como gastar tus ahorros o, inclusive, no sentirte capaz de empezar a ahorrar.

Recordá que tus emociones y tu salud financiera siempre serán cómplices y debés trabajar de manera positiva en ellas para alcanzar tus metas, que se cumplirán si aprendés a mantener tus ahorros intactos, sin salirte del camino.